lunes, 26 de mayo de 2008

Cadaver exquisito

Yacía a través de los años el cuerpo de una alondra como un frágil y espumoso pétalo de nardo que se tiñe de luto. Yacía vulnerable bajo el ensueño de la noche cuyos fulgurantes velones a sus plumas, meses por años marchitas, arrullaban. Yacía, despojada de pudor, frente las bocas de los sapos que entonaban elegías de triste lodo y melancólica agua. Yacía una alondra de cuerpo indolente, y sus alas eran huertos de estercolas, y su sangre era río de granada, y su lengua era manjar de vicios que embriagaba las fúnebres bocas de los gusanos.

El tiempo encargará los atavíos mortuorios hechos con los matices de la eternidad, y una ofrenda macabra argentará las llanuras oceánicas, ahora recinto de su sueño exquisito; ¡cadaver de cuerpo indolente! que ya no apaciguarás las entrañas de la tierra con relatos de luna y brisa matinal, ni anhelarás más purificar el paso descalzo de los días incestuosos con la arrogante fragancia de tu nicho

Esquema de flores silvestres viene a mi llegada,
convocando gotas de lluvia por el ritmo de las líneas,
el palacio de coral forma un espectro
de ambiente meridional que fija su origen
en la minuciosa factura de melancolía.

Supervivencia antigua de soledad
que tiembla bajo el eco de los pasos al olvido,
impulso que corre bajo
la inflexión canónica del desgarre viceral.

Tíntas sombrías y tenues relieves
se congregan en el manto estelar de la sonrrisa ajena,
presenciando el desvanecimiento de las horas conjeladas
en anhelos de juventud, mientras el subconciente relata
la historia museográfica del amante vespertino
en la insoportable levedad del tiempo.

A la luz de la luna un gato maúlla
Dominando los caminos
Primavera, verano, estaciones de la vida
Enfermo de desamor, pelaje solitario
Mirando un Renoir, pensando en el ayer
Tantas noches de insomnio ahogado
En la oscuridad de los sueños perdidos
Un suspiro al aire olvidado
Una noche de octubre soñé…

Que la luna iluminaba
los rostros perdidos
y las miradas paseadas
en el balcón del alba

de repente recordé,
el amanecer,
ese aire,
ese olvido

la vida toma sentido
cuando el rayo la ilumina
y se olvida lo que padece
cuando la luna enmudece.

El símbolo, escrito en el muro, ardió durante 7 días y 7 noches. La séptima noche, el soñador soñó que el soñado soño que el cadáver despertaba; abrió los ojos de golpe y corrió hacia un muro que ardía frente a él; se arrodilló y lanzó un grito que desgarró las entrañas del cadáver: ¡¡¡NNOOOO!!!...

El soñador despertó agitado, se volvió y vió arder el muro en el que había plasmado su sueño y del que solo podía distinguirse, en un color rojo sangre, la palabra “YO”. El soñador se llevó las manos al rostro, lloró, miró al cielo en intento sofocar un grito que ya no pudo articular…. en ese instante, el cadáver despertó…

Son las 3 de la mañana del octavo día. Mi cuerpo está entrando al horno de este extraño crematorio-atanor. El Cadáver soy Yo

El piano, la bestia

Llegó por barco desde Europa, con las patas bien atadas y la boca amordazada para no dejar salir ningún sonido, América lo recibió como se recibe a King Kong o a un ejemplar parecido. Hicieron falta diez hombres para bajarlo a tierra y desatarlo cautelosamente en medio de sudores y jadeos.

El Piano, el instrumento, es grave y reticente. Tiene mucho de animal o bestia, de hombre y mujer. Solo basta verlo sostenido sobre sus patas, el trípode que sostiene su masivo y grave cuerpo, su cola inmóvil, su boca que deja ver una sonrisa fija tendida sobre una bahía de marfil y ébano, para imaginarse la bestia escondida dentro de él.

Tiene también algo de pantera: nos subyuga y domina, guardamos silencio ante él, nos ahoga en su negritud. Es como un gato gigante visto por Picasso, un gato que levanta el lomo-tapa para defenderse y mostrar su verdadera naturaleza, o para dejar de ser mueble y convertirse en sonido, expresión y discurso.

Su nombre, pianoforte o fortepiano implica una dualidad de cualidades sonoras y físicas, representadas en el blanco y el negro de sus teclas. Su aspecto masculino se manifiesta en una patente gravedad y fortaleza que contrasta con el lado femenino dibujado en sus curvas y en sus insostenibles agudos.

Es fascinante observarlo desde lejos, en silencio y pensar en el poder de su elocuencia. Pocos podrían afirmar no haber caído en el influjo de su poder, en esa atracción irresistible que solo las bestias de circo son capaces de producir. Todos hemos sentido esa electricidad antes de un concierto: solo su presencia e imagen produce una sensación parecida a la calma tensa antes de una tormenta. El acto mismo de sentarse ante un gran piano de concierto, es una escena de gran teatralidad, acomodarse, darle vueltas, halarle las orejas a ese pequeño animal faldero, accesorio y apéndice es ya una especie de rito. Todo empezó con el histriónico y espectacular Franz Liszt, un verdadero 'showman' de recitales, que con solo sentarse al piano hacia que muchas damas perdieran el conocimiento y el concierto.

Como una bestia, el piano está condenado a estar solo, separado del grupo. Es tan monumental que invade el espacio físico, limita la cohabitación de objetos cerca de el. Su autosuficiencia sonora es tal, que lo separa de la fauna instrumental, este no necesita de otro instrumento, se vale por sí solo.

El piano lleva al pianista a soledad y encierro, atrae al músico, el cual queda preso, privado de su libertad y del entorno, cuando tiene que encerrarse en cubículos de interminables y agotadoras horas de práctica. Imaginémonos ahora a una bestia quitándose las cadenas, colocándoselas al hombre y atándolo a sí.

Todo aquel que observa a un pianista de c le puede resultar simple y sin complejidades la ejecución de una obra. Para el espectador es como un juego, pero el arte del pianista es hacer parecer que usa el verbo to play, cuando en realidad esta usando el verbo "to practice en todos sus tiempos.

Este oficio no es tan simple y divertido como puede parecer. En el teclado, en esa inocente y llana esfera que evoca dientes y dentelladas, es donde encontramos la sabana en la cual habita y se prefigura la bestia. Las teclas se convierten en un territorio de luchas y supervivencia, al despertarse el animal que el instrumento ya sugiere en su aspecto físico. El teclado es susceptible de convertirse en un espacio multidimensional, de profundidad y anchura y de inesperadas depresiones y extensiones, como una garra que se esconde dentro de un dedo y luego aparece, sorprende y asusta.

Propone retos peligrosos, esfuerzo y el cultivo de una cultura muscular apropiada para recorrer los intrincados caminos que la densa jungla de la grafía musical advierte, e ir en busca de la música que espera mas allá de toda laboriosidad.


El piano abarca regiones mayores a sus linderos posibles, transita desde su contundente evidencia material a un plano donde el ensueño, el trance y el pensamiento se unen, lejos de su salvaje y pesada naturaleza. Se desdobla y viene a ser la extensión de un ser humano, instrumento de expresión, a lo sumo, voz. Es un transfigurador de estos elementos, un alquimista inverso. Puede traducir toda la materia en música y se alimenta de la música misma.

Él pianista es el gladiador que con sus escasas y breves falanges tiene que enfrentarse al piano, usando tanto su lado animal como el humano. Afuera un coliseo lleno de melómanos y ojos espera, lo reciben con aplausos, como si ya hubiera triunfado, y en realidad muchas luchas ya han sido libradas por él, pero la prueba de fuego aun está por venir.

Toda bestia produce temor (no así para Liszt) y el miedo inconfeso acompaña al pianista toda su vida.
Extenuado en esta lucha el pianista se descubre siendo un poco animal para poder acercarse a la perfección de la técnica pianística, de llegar al conocimiento de su raza y de vencer los grandes conspiradores que lo acosan en su mente.

El pianista reconoce íntimamente que antes de un concierto el miedo se apodera de él, el instinto le indica emprender la huida, pero sobrepasado esto se entrega totalmente a la música.

Gran parte de las dificultades que el piano ofrece, provienen de los experimentos de los compositores de lograr ciertos efectos musicales, convirtiendo de esta manera a el piano en un instrumento retador. ¿De donde surgieron esas grandes dificultades técnicas que encontramos en conciertos para piano de Prokofiev y Rachmaninof? ¿No estaríamos ante la presencia de ese lado animal y destructor dentro del compositor dictándole pasajes extremadamente difíciles? ¿No aprende a rugir aquel que habita con el león?

Si hablamos de Piano, hablamos de Chopin, el polaco consumido por la fibrosis pulmonar y las teclas, creador de las paginas más importantes de la literatura pianística. Es en Chopin donde encontramos todas las posibilidades del instrumento, la poética musical y la prueba de fuego para los dedos inocentemente osados. Él supo usar todos los recursos posibles tanto del pianista como del instrumento, los estira hasta ponerlos a la altura necesaria de la máxima expresión artística.
El piano, la bestia, ofrece al hombre el ejercicio de facultades lejanas a la música, el dominio, la conquista, el control de si mismo y del instrumento y la búsqueda de sonoridades escondidas, que el piano le confía caprichosamente, solo si este ha hurgado sobre el teclado arduamente. La bestia se "humaniza" y canta con una voz jamás escuchada que conmueve al pianista, voz con la cual el piano se escribe y canta panegíricos así mismo.
El piano "diviniza" al ser humano, llevándolo a regiones insospechadas, trascendentales y místicas. El pianista, reconoce que la música es su porción de divinidad y también reconoce que esta bestia a quien teme, es inmensamente amada y necesaria.

Rosa Lara



muchas gracias por dejarme publicar esto. =D

Bravissimo!!!!

domingo, 25 de mayo de 2008

Feliz cumpleaños, Ludwig.

Un articulo de un colega, escrito hace 3 años, aproximadamente, que quiero compartir con ustedes.


Hace 235 años en una humilde casa en Bonn, nació el más grande genio de la humanidad. Este personaje, a pesar de ser taciturno, terco y con muy malas pulgas, creó la más hermosa música que ser vivo alguno haya escuchado o hecho. Basta escuchar el Quinto Concierto para Piano y Orquesta, la Quinta Sonata para Piano y Violín, la Séptima Sinfonía y la Opera “Fidelio”. Y ni hablar del cuarto movimiento de la Novena Sinfonía. No quiero ahondar demasiado en cuestiones musicales acerca de Beethoven o en lugar de escribir página y media, escribiría diez o quince cuartillas.

Dicen que la música es el reflejo y el alimento del alma. Desafortunadamente, existen personas que hacen música no para expresarse, sino para hincharse de dinero. Obviamente, hay bandas legendarias como U2 o los Rollin’ Stones. O Queen, Chicago y hasta los de Café Tacuba y una interminable lista de etcéteras que por supuesto se han hecho ricos con la música. Pero la hacen con mucho corazón y dejan cuerpo y alma a la hora de tocar. Y se expresan bastante bien con su música. De hecho, me gusta Queen. Me gustan algunas rolas de The Doors y muchas de los Tacubos. Y hasta algunos grupos pesadotes que son desconocidos para muchos como Manowar (cuya premisa es “los fans son primero”), Rhapsody, Stratovarius, Kamelot, Nightwish o Sonata Arctica, son de mi agrado.

En cambio hay divas, divos y artistas desechables que profanan tan noble arte. Y aunque Llaseriosen se enoje conmigo por ser poco tolerante, es momento de destrozar pedazo a pedazo a esa horda de payasos que se sienten paridos por las musas. Comencemos por una bandita apestosa y ya extinta llamada Magneto -¿Si vas al concierto de Magneto, también vas al de los Hombres X?- Casi todas sus canciones eran covers de bandas europeas similares. Hasta ahí todo iba bien hasta que una vez hicieron una cancioncita llamada “libertad” o algo así. QUE DESCARO, SEÑORES. Un plagio total del coro de los Esclavos Hebreos de la Opera “Nabucco”, de Giuseppe Verdi. La letra, la música y el contexto. TODO. Y la causa del enojo es que al músico Italiano no le dan el mínimo crédito.

¿Y que tal Paulina Rubio? Ni que cantara como María Callas o bailara como Nureyev. O tuviese un cuerpo espectacular. Y se siente que es la mamá de los pollitos. Y hace desplante y medio. Y lo que es peor: la gente la sigue como un perro sigue a alguien que lleva tocino en la bolsa. Se siente la Paris Hilton mexicana y la verdad, nada que ver. Una es tonta y la otra es tonta al cubo. A esta “chica dorada” se le suma gente como el despreciable Daddy Yankee o los grupos que nada más se les conoce por una canción. Por una canción que es más asquerosa que comer ojos de simio en salsa de sangre de víbora.

Hablando de Daddy Yankee. No se ni me interesa lo que es el Reggaetón. Pero el destazar algo tan representativo como lo es el verdadero Reggae y su emblema, el inmortal Bob Marley, es algo imperdonable. Una canción tan despreciable y llena de misoginia como lo es “gasolina” es de verdad para asignarle un veredicto tan especial que hasta la tortura más manchada se queda corta. Este fulano no es más que una copia muy barata de los raperos gringos, de esos que supuestamente son pandilleros y matan, violan y se drogan a todas horas de acuerdo a sus pestilentes interpretaciones.

Como dice el personaje de Salieri en la fabulosa película “Amadeus”: Dios me dio el don para cantarle. Y Dios es el Dios de Beethoven y el de todos los músicos chatarreros. ¿Por que insultarlo a él también con porquerías musicales? Obviamente no quiero decir que toda la música deba ser cristiana, de alabanza o sinfónica, sería un tedio increíble. Pero por que no utilizar el “talento” haciendo algo que de verdad nos de ganas de escuchar, no sólo de oír. Como dice el gran músico Mexicano Arturo Enrique Diemecke (Director de orquesta, compositor y una gran persona): estamos inundados de música chatarra. De cosas que se hacen para hartarse de lana, no para el gozo del espíritu y de los oídos. Por cierto y hablando de música chatarra ¿alguien se acuerda de los nombres de los que hicieron La Macarena, o Aserejé o tantas de bandas que cantaron canciones que fueron llamarada de petate? Tal es el ejemplo de la ganadora de ese miserable programa llamado Pop Stars. O de la loca que ganó Operación Triunfo México. O de los segundones de las N versiones de la Academia. A ver, si muy efectivos... ¿por que jamás cantaron géneros como Swing, Tango, Zarzuela o hasta arias de Opera sencillas? ¿No que son escuelas de Alto Rendimiento?

El que es gallo dondequiera canta pero no todos los gallos tienen voz para cantar “I’ve got you under my skin” o “Volver”, o “Las Bodas de Luis Alonso” o una aria de Opera como “De Provenza el Mar y el Sol” que es cantada en La Traviata, y si bien no es sencilla de cantar, con la supuesta preparación que les dan en dichas escuelas en una semana de ensayarla a conciencia la pueden hacer y adaptarla a la voz del tipo que se aviente el trompo de interpretarla. Si cuando un supuesto alumno trató de cantar el Ave María (que si bien no es fácil, tampoco es imposible de entonar) soltó un ave de corral del tamaño del Gallo Claudio, no quiero ni pensar si le ponen a cantar “La donna è Mobile”. En fin, cosas veredes por el camino.

El veredicto del inquisidor es: Que dejen de hacer porquerías musicales con tal de llenar sus cuentas bancarias y hagan algo que valga la pena. Y si usan música sinfónica, los condeno a darle el crédito correspondiente al autor original, sin pasarlo por alto. A Daddy Yankee lo condeno a hacer buches con el mezcal más fuerte que se encuentre en Oaxaca. Luego, se tendrá que tomar una botella entera de vodka ruso... pero adulterado. Posteriormente y para que siga diciendo cosas de la gasolina, le condeno a hacerla de escupe fuego pero en medio de las vías del tren. Y para el autor, si es que es otro... su cancioncita será escrita en un tubo de PVC de 3 pulgadas de diámetro y ese tubo será usado para suministrarle vía oral un barril entero de... petróleo del Mar del Norte, al fin que le gusta la gasolina. A divas como Paulina Rubio las condeno a estudiar completa la carrera de Físico Nuclear o Bioquímica. Por cada vez que reprueben, escucharán completa la Opera “Boris Godunov”, sin subtítulos y habiendo ingerido cinco litros de agua antes de escucharla. No se vale pararse al baño y si les gana... pues a limpiar ellas mismas. Y honremos a Beethoven aunque sea escuchando sus obras una vez al año, el día de su cumpleaños.




Por el Fraile Thor Quemado

Chairos

es para que sepan qué o quienes son chairos, jejeje!

http://video.google.com/videoplay?docid=5055513137690729923

¡Tengo manita, no tengo manita..!


¡La que tengo, la tengo desconchabadita!

pero cada vez falta menos para volver a tocar!!! aquellos que no anden enterados, me lesioné por tanto estudiar, y el estrés... asi que sigan mi consejo: estudien de poco en poco y sin estresarse, lleven la vida leve y con buena vibra,jaja! me senti chaira, jajaja!

Al menos ya no me duele como hace unos dias...

Asi que agarrense, por que una vez que pueda volver a tocar, sere invencible!

sábado, 24 de mayo de 2008

Gathoven


Mañana es el cumpleaños de Gathoven, cumple 3!! y le celebraré junto con el cumpleaños de Gatasha, la gata de mi mamá, por que ella cumple 1 el 30, je!
Gatho es el naranja, Gatasha la gris =)

Eva Maria Zuk

aah, eso si es importante!!!!
el próximo viernes, tocará en la sala Manuel M. Ponce de Bellas Artes y el programa está excelente:

Bach: Chamacona de la partita 2 en re menor (transcripción)
Beethoven: Sonata nº 18!!!! uh! me encanta esa sonata!!!!
Chopin: Balada nº 3 en La bemol
Villanueva: Fantasia sobre temas de la zarzuela de Cristóbal Oudrid "El molinero de Subiza" (la verdad no la conozco)
Ponce: Balada Mexicana y Rapsodia mexicana II

aah si, jaja! es a las 7 y la entrada es de $20

Concierto Armando Merino

Ayer fui a un concierto de piano en la sala Ponce de Bellas Artes donde tocó Armando Merino. El programa fue interesante... una fantasia en Fa menor de Haydn, 4 impromptus d899 de Schubert y por último, la sonata Appasionata del GRAN Beethoven

Todo iba bien, de hecho, me senté junto a Alberto Cruz Prieto que unos dias antes lo vi en mi escuela, je! por que fue sinodal de un concurso.

Como sea, la primera parte del concierto estuvo muy bien, la fantasia no la conocia y me gustó (tal vez por que no parecia Haydn, jajaja!) y los impromptus, aah! que buenos recuerdos me vinieron a la mente, de cuando toqué alguno de ellos.

En el intermedio, como siempre entran los retrasados y salen los que probablemente solo fueron a "hacer la tarea que nos dejó el de música" bah!!!

Pues justo cuando empieza a tocar, ese primer movimiento ta ta taaaaa!!! aah fa menor! unas niñas que estaban atras de mi empezaron a hablar, pues varios las vieron feo. Y tocaba, ya bien entrado el desarrollo se escucha que se rien... bueno... el segundo movimiento (la verdad, no me gustó mucho como lo tocó, creo que lo tocó demasiado rápido) pues no se que le pasa a la gente?? por qué cuando es un pianissimo es cuando mas hablan??? o hacen ruido?? por qué no lo hacen en un forte? o qué, se mueren si no hablan en el concierto??? aah que indignación.

Al final de la sonata, ya todos aplaudiendo, me enojé por que no se dejaron de reir... pues me paré, fui a donde estaban y les dije: Si nadamas vienen a reirse, sálganse, por que hay quienes venimos a disfrutar la música y es muy molesto que niñitas que solo vienen a "hacer tarea" (por que es obvio que ni les gusta) vengan a hacernos pasar un mal rato, es simple educación, sino, a la otra, solo compren su boleto y lo pegan en su cuaderno para que su maestr@ vea que hicieron la tarea.

y ya, me senté y me dice una señora que estaba acompañando a Alberto Cruz "aaah si, es muy molesto, que bueno que les dijiste..."

y esa fue la odisea... ah y de encore, tocó una de las canciones sin palabras de Mendelssohn. Estuvo muy bien, ignorando a las niñas esas.

Willkommen!!!

Que tal! les doy a todos los que vean este blog, como mi primer entrada, la bienvenida! Espero que sea un lugar donde podamos compartir opiniones, dudas, videos, en fin... Que sirva para enriquecer nuestra mente y nuestros corazones (jaja, que cursi)
Como sea, gracias por ver el blog y que en algunos casos les sea de ayuda.