lunes, 24 de marzo de 2014

Titulación piano

Entre aplausos y flores


Estaba viendo el blog y juro que había hecho una entrada sobre mi examen profesional.Pero probablemente lo soñé, o estaba tan endorfinosa que sólo lo imagine.

Como sea, aquí va el relato de aquél día. En Septiembre del año pasado, 2013 presenté mis dos exámenes para obtener mi título como Lic. En piano.
Me dió mucho gusto poder cerrar el ciclo que empecé hace poco más de 10 años cuando decidí que quería ser pianista.

El examen se dividió en dos partes: teórico y práctico. La parte teórica es una breve exposición sobre la tesis o "notas al programa" que es una investigación sobre el repertorio que se tocará en el examen práctico, que es el recital.

El programa fue el siguiente:

Suite Inglesa n° 5 en Mi menor de J.S. Bach
Sonata Op. 53 en Do mayor de L. van Beethoven
INTERMEDIO
4 visiones fugitivas Op. 15 de Clara Schumann
Toccata Op. 11 de S. Prokovief
Ecos de México, Capricho de concierto J. Ituarte


Era un programaba bastante ambicioso y largo, no apto para cardiacos. Jaja!
Lo que sí es que para poder tocarlo tuve que hacer mucha condición física por que era un programa pesado, que de inicio a fin duraba casi hora y media.

Todas las obras fueron un reto para mi.

Empezar con Bach siempre se me ha hecho algo muy complicado, y más siendo una obra tan extensa.
La sonata Waldstein desde siempre me ha fascinado, y poder cumplir el sueño de tocarla en mi examen ha sido algo genial. Recuerdo que cuando la conocí la quise tocar, pero no tenía el nivel suficiente para hacerlo. Recuerdo que mis maestros me decían que esa era una sonata para los "grandes" entonces me dije que la titulación la tocaría.
Las obras de Clara Schumann también fueron complicadas, debido a las extensiones que utiliza, acordes muy grandes. Además, está llena de polifonia y siempre es un reto destacar la melodía en las voces intermedias. Al final quedé muy contenta con el resultado. También por que casi no se tocan obras de ella y creo que debería difundirse más su obra.
La Toccata de Prokofiev, es una obra loca. Totalmente. Recuerdo que al estudiarla terminaba con dolores de cabeza por tanta disonancia, al final fue la obra más complicada del examen y curiosamente la que duraba menos.
Finalmente los Ecos de México de Julio Ituarte. Es una obra muy linda, llena de piezas tradicionales mexicanas pero con ese toque Europeo lleno de virtuosismo. No por nada fue uno de los primeros nacionalistas para la música académica mexicana.

Peinado, maquillaje, vestido, zapatos. Todo listo para el gran día.

Llegamos temprano a la sala donde sería el concierto, junto con un amigo quién hizo la grabación profesional. Checamos últimos detalles, distancia del piano, inclinación, banquito, sonido, micrófonos, etc.

Primera llamada.
Respira, tranquila, llega una maestra a desearme lo mejor y me regaló unos aretes bellísimos.

Segunda llamada.
Entra mi maestra, me da la bendición, jeje.

Tercera llamada.
Se apagan las luces de la sala, el público guarda silencio. Salgo a tocar.



En el momento del intermedio me sentía con tanta emoción, adrenalina, endorfinas... que ya quería salir de nuevo.
Regresando del intermedio para terminar la segunda parte había más gente, para ser domingo a medio día había mucha gente.

En esos momentos uno no está viendo quién está y quién no, es sólo para disfrutar el momento.

Recuerdo cuando estaba por terminar el concierto con la obra de Ituarte me sentía tan contenta de haberlo logrado. Y dar el último acorde. Escuchar los aplausos, ver al público sonriente, emocionado. Es por lo que vale la pena todo el estudio y tiempo invertido en el repertorio.

Una de las cosas que más me gustó fue poder compartir el momento con tantas personas que quiero, amigos, alumnos, familiares, conocidos, etc. Me sentí muy contenta.

Por si fuera poco me dieron tantos regalos y tantas flores que al final ya casi ni cabían en el coche.

Después del evento algunos nos fuimos a comer a uno de mis restaurantes favoritos para celebrar.

Fue un gran día.


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